Familiaris - Mirar la realidad con objetividad (Audio) - PRUDENCIA Semana 01 - Formación en la Fe
Transcripción del audio:
Que tal amigos, esto es Familiaris. Yo soy Edgardo. Yo soy Erica. Y este mes vamos a estar reflexionando acerca de la virtud de la prudencia. Una virtud de la que no se habla mucho, pero rige todos nuestros actos.
Y, ¿qué es la prudencia? más sabemos, más escuchamos de la imprudencia, pero la prudencia es la virtud que nos lleva a ver las cosas con objetividad, y juzgarlas con los ojos de Dios. ¿Es difícil ser prudente Edgardo? ¿Tú que crees? Por supuesto. Claro, más aún cuando hemos emprendido un camino de la mano de nuestro esposo, que no es nuestro clon, si no que también piensa y siente de manera diferente a nosotros. Y justamente por eso es que cuando nos enfrascamos por ejemplo en una pelea, a veces se convierte en un espiral de agravios, en donde el que tiene la última palabra, por así decirlo, gana. Bueno, el prudente es capaz de cortar esa discusión, ese que calla o dice: «Sabes qué mejor hablamos luego, cuando estemos más tranquilos» pero qué difícil es eso.
Efectivamente, por eso esta semana los invitamos a mirar la realidad con objetividad, para así tomar decisiones inteligentes, no solamente para mi vida, mi matrimonio, si no para beneficiar a mi familia, a mis amigos, y hasta mis compañeros de trabajo, porque así es la prudencia, es decidida, es activa, es emprendedora, y comprensiva. Bueno y la prudencia debemos aplicarla también en nuestros hijos, a veces ellos vienen a pedirnos un permiso, o a exponernos un punto de vista contrario al nuestro, y nosotros a veces tenemos ya listo nuestro argumento lapiatorio, para imponer nuestra opinión sin oír sus argumentos, sin ponernos en sus zapatos. Cuando el prudente oye, discierne e incluso pone su decisión en las manos de Dios, para tomar una decisión.
Además cuando somos prudentes podemos reflexionar y considerar los efectos que pueden producir nuestras palabras y acciones, esto nos hace actuar correctamente en el día a día, de esta forma cuando uno actúa con prudencia, no solo crece como persona, si no que aprende de la vida, de nuestras caídas, aprendemos a escuchar además a otras personas, consejos, a ser humildes y además que somos ejemplo para nuestros hijos, que van a aprender a vivir según lo que ven en nosotros.
Y haz hablado Erica de algo clave, dijiste «las palabras», con las palabras nosotros podemos acariciar a nuestros hijos, alentarlos a que se esfuercen para cumplir sus metas, y aprender de sus errores, o a mi esposa, por ejemplo, darle ánimos, decirle algo bonito para que se sienta bien, pero sin prudencia con las palabras puedo ofender, puedo desanimar, puedo causar enojo, puedo causar frustración. Al ser prudentes vamos a vivir con libertad, y confianza porque sabemos que tomamos buenas decisiones, acertadas. No solamente sabremos lo que debemos hacer, si no que además el cómo y cuándo hacerlo.
Y ya para ir terminando quisiera por un momento que nos pongamos al otro lado de la orilla, qué es lo que provoca la falta de prudencia, genera juicios a priori, peleas en la familia, mentiras, exacerbación, la irresponsabilidad, y si todo esto se vive en la familia y lo vive la familia de un amigo, y lo vive la familia del vecino, a final de cuenta qué estamos aportando a la sociedad, quizás estamos dando un granito de arena para engendrar problemas más graves como la desigualdad, la diferencia, los egoísmos.
Definitivamente podemos concluir que la prudencia es necesaria para criar bien a nuestros hijos, para progresar en nuestras carreras, para ser mejores personas. Bueno nos despedimos, no sin antes invitarlos a que revisen los medios concretos que los encuentran o en su correo, o también en el Facebook de Familiaris.
Muchas gracias por escucharnos esto es todo, somos Edgardo y Erica, esto es Familiaris, y los esperamos en una próxima oportunidad.